Inconformidades sociales, vacío de poder, y un edil disminuido moral y políticamente, marcan el fatídico gobierno municipal
Patricia Pacheco
tonameca [1]
Por completo Abandonó responsabilidades y desempeño en la administración de Tonameca
¿Desde cuándo empezó a desvanecerse la estabilidad en Santa María Tonameca?
Para quienes viven en este lugar, nunca como ahora se había percibido tal grado de ingobernabilidad y vacío de poder. Y es que nunca antes un edil había dejado de acudir al palacio de gobierno durante más de seis meses, ni se habían acumulado tal cantidad de conflictos sociales, y mucho menos se había vulnerado a tal grado la seguridad social, como para que incluso los propios policías estuvieran a expensas de la delincuencia.
El asesinato de un policía municipal ocurrido el día de ayer en la comunidad El Tigrero, Tonameca, vuelve a poner en el escenario público la descomposición social y política que prevalece en este municipio costeño, y que al menos en los últimos meses ha dejado tras de sí, un sinnúmero de protestas y manifestaciones, entre las que destacan el reciente bloqueo al acceso principal de la cabecera municipal por parte de habitantes de Rincón Alegre, el cerco de pobladores de Cozoaltepec al domicilio del presidente Salomón Reyes García previo a la elección y dos tomas del palacio municipal a finales del mes de junio y mediados del mes de abril.
La desatención, abandono e incumplimiento en obras y acciones a decenas de comunidades de este lugar generó una bomba de tiempo, que ha ido reventando en pequeñas dosis al ya de por sí malogrado gobierno municipal.
Y es que tal parece que lo que inició como un pequeño engendro, producto de un experimento político en el que el agua y el aceite (partidos PRD y PAN) se unieron por conveniencia, derivó en una verdadera catástrofe con incontables daños sociales, y unos pocos ganadores, que desde su posición privilegiada en el ayuntamiento, han engordado sin el menor escrúpulo, sus antes raquíticos bolsillos y privilegios.
Pero el evento que realmente quebrantó y puso en jaque al de por sí endeble gobierno coalicionista, y de manera particular al edil (docente de profesión) fue sin duda, la muerte ¿asesinato-suicidio? (no se sabe con certeza) de Martha Elena Guillén y su pequeña hija Salomar, ex pareja e hija no reconocida de Reyes García, ocurrida a principios del mes de mayo del 2012.
Los señalamientos directos y la desesperación de Martha, pocos días antes de su muerte, ante la negativa de Salomón Reyes a reconocer y proveer de pensión económica a la pequeña de tan solo 5 años, marcaron con un sello fatídico el gobierno municipal y mermaron radicalmente la figura moral y hasta la salud del munícipe.
El declive del gobernante fue inminente, según los propios trabajadores, el edil dejó de despachar con regularidad durante el año 2012, y a inicios de este año abandonó por completo sus responsabilidades y desempeño en la administración.
Los ya de por si escandalosos actos de voracidad y presunta repartición de buena parte de los recursos públicos entre los integrantes de la comisión de Hacienda y el tesorero, el silencio cómplice de otros tantos regidores, y la penosa ausencia del presidente, terminaron de colmar la vasija de la ignominia, para llegar al remedo de gobierno en que se ha convertido hoy la administración municipal.
