– Mariscada con langosta y arrachera en su dieta

– Dice cuidar la ecología y la fauna

– En Oaxaca se aloja en los mejores hoteles

Por. Fernando Casteleyro

Puerto Escondido, Oax.- Después de haberse alimentado magnánimamente con una sopa de mariscos, orden de langosta y una generosa orden de arrachera sin faltar la respectiva botella de costoso vino tinto, fue captada la inconfundible figura de Salomón Reyes García, presidente de Santa Maria Tonameca en la Playa Zicatela de este puerto.

Mientras en su municipio los paisanos sufren la hambruna o la engañan con tortillas “chongas”, frijoles y chile, el se despacha de los mejores manjares en restaurantes de postín, todo obviamente con cargo al erario municipal.

Se sabe además de buena fuente que cuando Reyes García viaja a la ciudad de Oaxaca se hospeda en los hoteles mas lujosos y le gusta comer donde lo hace la gente grande acompañado de sus mas cercanos colaboradores que tienen que sacrificarse también con estas ostentosidades.

Siempre vestido a la usanza de ranchero texano y a bordo de su lujosa camioneta último modelo el sufrido presidente municipal se pasea y disfruta de los más caros gustos a costa de las arcas municipales, mientras en su municipio se carece hasta de los servicios más indispensables.

Al terminar sus sagrados y humildes alimentos se le cuestionó acerca de la acciones que en materia de ecología se están realizando en Tonameca “…se esta rescatando el río y trabajando muy de cerca con las comunidades de la parte alta…” de cerca pero no mucho.

También se le cuestionó en relación al cuidado de la fauna de esa misma zona en donde existen especies en peligro de extinción “…  nuestro regidor de ecología es un experto en la materia tenemos un criadero de iguanas y tenemos humedales donde hay varias especies como el venado, el tejón y otras especies que se están cuidando…” aseguró Salomón Reyes.

Sin embargo al cuestionarle sobre el material con que estaban fabricadas sus ostentosas botas estilo capo de la mafia, soltó una risa nerviosa y la lengua se le trabó y trató de negar que eran de la piel de algún lagarto que se descuidó “… ah no, no son botas de cocodrilo son imitación nada mas, no me alcanza para comprar unas de esas…” y ya no se esperó a la siguiente pregunta, abordó rápidamente su lujosa camioneta y huyó como vaquero al ver los indios.