Tras tres años de ausencia en el arbitraje huatulqueño, Manuel Gámez “Manolo” como es conocido entre los “Nazarenos” ha regresado para imponer su figura y experiencia en la liga de Santa María Huatulco
Ángel Sánchez
Santa Cruz Huatulco
Fue en la reciente jornada de la liga de futbol soccer de Santa María Huatulco cuando después de tres años de ausencia en el arbitraje huatulqueño, Manuel Gámez “Manolo” como es conocido entre los “Nazarenos” ha regresado para imponer su figura y experiencia en la liga de Santa María Huatulco, esto ante la falta de calidad y presencia dentro del terreno de juego que ha derivado severas y múltiples agresiones a los árbitros que sancionan la liga.
El retiro parcial de “Manolo” se vio a algunas situaciones de carácter personal pero nunca se decidió a colgar el silbato en forma definitiva, es por esto que la recién jornada del fin de semana fue la del esperado regreso, y es que la pregunta se la hacían los representantes de equipos quien ven en Manuel Gámez un árbitro que impone con su presencia.
La prueba de fuego la tuvo en unos de los partidos más esperados de la jornada ya que el actual líder de la competencia de la considerada mejor categoría de Huatulco, Vidrios y Aluminios Bahías como el máximo líder en la tabla de posiciones recibía al cuarto sitio en la misma, Obras Publicas intentaría pegarle al líder.
El escenario para este importante duelo y reaparición tuvo como marco el campo empastado de la unidad deportiva de la crucecita en Santa Cruz Huatulco, el día indicado era el domingo con horario de las seis de la tarde.
En el partidos sorprendían los visitantes al imponerse 2-0 en el primer tiempo, en la parte complementaria los locales dieron impresionante voltereta para imponerse 3-2 en el marcador final y demostrar por qué es el actual líder de la categoría primera especial, por su parte el silbante no tuvo dificultades para salvaguardar la integridad física de los futbolista no utilizo las tarjetas amarillas pero si la roja la cual mostro al DT del equipo visitante por reclamar persistentemente las decisiones arbitrales.