// El ministro de Finanzas de Japón admite falsificaciones en un escándalo - Panorama del Pacifico
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‘Modificar documentos oficiales es muy grave y extremadamente lamentable y pido mis profundas disculpas’, dijo.
. El ministro japonés de Finanzas, Taro Aso, admitió este lunes ante la prensa que se falsificaron documentos vinculados con un caso de favoritismo que afecta al primer ministro, Shinzo Abe, pero rechazó dimitir.

“Modificar documentos oficiales es muy grave y extremadamente lamentable y pido mis profundas disculpas”, dijo ante los periodistas, asegurando “cooperar plenamente con la investigación”.

“No pienso en eso para nada”, respondió cuando fue preguntado sobre si pensaba dimitir.

En el centro del escándalo está la venta a un precio rebajado de un terreno perteneciente al Estado, un caso que salió a la luz el año pasado y resurgió los últimos días, cuando Abe parecía ya haber capeado la tormenta.

“Algunos miembros del personal” hicieron 14 cambios en documentos oficiales, precisó Aso, quien aseguró que tuvo conocimiento de este hecho el domingo.

Nombres borrados

Los nombres de varios responsables políticos o personalidades se borraron, indicaban este lunes varios medios. Según varios fragmentos de los documentos originales y de su versión modificada, publicados por diputados de la oposición, se puede ver que los nombres de Shinzo Abe y de su esposa, Akie, al igual que el de Aso, se habían borrado.

El ministro Aso dijo que no pensaba que el objetivo de estas modificaciones fuera proteger al primer ministro y a su mujer.

“Lo que está claro es que ensuciaron la democracia” al mentir al Parlamento, declaró Renho (quien emplea un solo apellido), miembro de la cámara y exjefe de la mayor formación de oposición, el Partido Democrático.

Los textos fueron modificados para resultar “coherentes” con el discurso de un alto responsable del ministerio, Nobuhisa Sagawa, quien dimitió el viernes, señaló Aso. “Es posible que Sagawa diera la orden de falsificar los documentos”, señaló el diario Mainichi, citando fuentes gubernamentales.

El caso adquirió un cariz dramático después de que otro responsable del ministerio, que estuvo encargado de la venta del terreno en cuestión -en 2016-, fuera hallado muerto. La policía baraja la hipótesis del suicidio, según la prensa.

Caída de la popularidad

Al parecer, el terreno en cuestión habría sido vendido por una décima parte de su valor de mercado al gerente de un jardín de infancia nacionalista, para que construyera una escuela primaria. El director decidió darle a la esposa de Abe el puesto de directora honorífica del establecimiento.

El primer ministro aseguró que su esposa había aceptado el puesto “a regañadientes” y que luego había “dimitido”.

Y aunque Abe niegue cualquier malversación, su cota de popularidad se desplomó por debajo del 50% por primera vez desde la victoria de su coalición en las legislativas anticipadas de octubre de 2017.
Un sondeo del diario Yomiuri publicado el lunes le atribuye una popularidad del 48%, seis puntos menos que el mes pasado.

La oposición en Japón es débil y está fragmentada, en tanto que la coalición dirigida por el partido de Abe goza de una mayoría de dos tercios en las dos cámaras.

El primer ministro, que quiere introducir en la Constitución pacifista unos controvertidos cambios y se muestra firme frente al programa nuclear norcoreano, espera ser reelegido a la cabeza del Partido Liberal Demócrata en septiembre, lo que lo convertiría en el jefe del Gobierno japonés más longevo.

No obstante, “su situación podría volverse más precaria si su tasa de popularidad sigue bajando. Eso crearía un espacio para un rival que podría argüir que la opinión pública, cansada de los escándalos, está lista para un cambio”, considera Tobias Harris, vicepresidente del centro de reflexión Teneo Intelligence.

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