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El exsecretario de Relaciones Exteriores mexicano Jorge Castañeda tildó hoy de “tibia” la reacción del Gobierno de Enrique Peña Nieto

Excanciller ve tibia reacción de Peña sobre incidente de Calderón con CubaEFEhttp://www.bbc.com
México, 22 feb (EFE).- El exsecretario de Relaciones Exteriores mexicano Jorge Castañeda tildó hoy de “tibia” la reacción del Gobierno de Enrique Peña Nieto a la prohibición de las autoridades de Cuba de dejar entrar en la isla a su antecesor Felipe Calderón para acudir a un homenaje a un disidente fallecido.

“Me parece lamentable y condenable que el Gobierno de Cuba le niegue la entrada a un expresidente de México, porque la investidura en cualquier país del mundo, y en México en particular, dura”, manifestó Castañeda a la cadena Televisa.

El martes por la mañana Calderón denunció no haber podido abordar un avión con el que iba a viajar a La Habana para asistir este miércoles a un acto de homenaje al fallecido disidente cubano Oswaldo Payá (1952-2012).

En una entrevista con Efe horas después del incidente, Calderón consideró la medida “triste”, “despótica”, “indignante” y “tonta”, y agregó que además “hace añicos” la reciente expectativa de “que las cosas cambiarían” en la isla caribeña.

Castañeda recordó que “un expresidente no es una persona (corriente); es alguien que tiene una vinculación importante con el Estado mexicano, tiene un pasaporte diplomático, tiene una pensión vitalicia, un pequeño equipo de seguridad, es, como en todos los países del mundo, alguien que fue electo democráticamente”.

Se trata de “un acto muy poco amistoso, muy hostil del Gobierno de Cuba al Estado mexicano y me parece que la respuesta de Gobierno de México, del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, fue muy tibia”, recalcó.

“Se limitaron a lamentar el hecho, no llamaron al embajador cubano a Relaciones (Exteriores) para entregarle una nota de protesta”, denunció.

El excanciller de Vicente Fox (2000-2006) subrayó que Cuba “es una dictadura” y “las dictaduras impiden que hayan actos de apoyo de solidaridad o de recuerdo” de las personas “que se opusieron a ellas”.

No obstante, expresó también su sospecha de que hubo un cálculo político por parte de Calderón y del Gobierno de Raúl Castro.

Al primero “no le salió mal” la jugada si la idea era llevar a cabo un acto de “provocación” como parte de un supuesto anhelo de “expiar sus pecados” del pasado, sostuvo Castañeda en alusión a la negativa de Calderón a reunirse con Payá en una visita a Cuba cuando gobernó México (2006-2012).

Por su parte, los cubanos “midieron bien que no pasaba nada porque saben que el Gobierno de Peña es un Gobierno de apoyo incondicional a la dictadura cubana, como ya lo vimos con la condonación de la deuda cubana con México y cuando viajó a La Habana y no quiso reunirse con disidentes”, agregó.

Por último, indicó que le “da gusto” ver que Calderón “se sume por fin a la lucha por la defensa de los derechos humanos y la democracia en Cuba porque no lo hizo durante su sexenio”.

“Qué hipócrita ha sido y qué lástima que no lo hiciera cuando era presidente”, zanjó.

Mientras Castañeda fue canciller de México, la relación del país con Cuba atravesó por uno de sus peores momentos en décadas a raíz de varios choques diplomáticos.

El más sonado fue por una comunicación telefónica en la que Fox le pidió a Fidel Castro, entonces presidente cubano, que participara en la comida de una cumbre multilateral en México y se fuera de inmediato para no toparse con su homólogo de EE.UU. George W. Bush., y después el mandatario cubano difundió el contenido de la llamada.

Cuba defiende su “intachable” diplomacia para frenar intento desestabilizador

El Gobierno cubano defendió hoy la “intachable” transparencia y diplomacia empleadas para evitar el viaje a la isla de tres personalidades internacionales que iban a participar en un acto de la disidencia y tachó esa convocatoria de “grave provocación” para “generar inestabilidad interna”.

El Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (Minrex), a través de un comunicado en su página web, respondió así a la polémica surgida después de que la isla negara ayer la entrada al secretario general de la OEA, Luis Almagro; al expresidente mexicano Felipe Calderón y a la exministra chilena Mariana Aylwin.

Los tres tenían previsto estar hoy en La Habana para recoger un premio concedido por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, presidida por Rosa María Payá, hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá.
El militar fue jefe de Comando Sur y por eso “conoce bien nuestro país y el resto de Centroamérica”, dijo Villagrán durante una conferencia en el Movimiento Semilla de Guatemala.
“Kelly entiende el impacto que tendrían en Guatemala las deportaciones masivas y cómo afectarían la seguridad, la economía y la estabilidad política”, subraya.
“Se espera que Washington entienda que una desaceleración de la economía en los países del Triángulo Norte tendría un impacto inmediato en la seguridad, y sería un detonante para nuevos movimientos migratorios hacia el norte”.
En Estados Unidos viven más de 3 millones de migrantes centroamericanos, muchos de forma irregular, según datos de la Oficina del Censo de ese país.
No a la confrontación
Existen sin embargo otras razones para mantener un perfil bajo ante las diferencias entre el gobierno mexicano y el estadounidense.
Desde los años 80, Washington concedió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a migrantes de Nicaragua y El Salvador.
A Nicaragua fue porque se consideraba al gobierno sandinista un enemigo. El estatus para los salvadoreños tiene razones similares: Estados Unidos apoyaba al gobierno salvadoreño en su lucha contra la guerrilla.
El beneficio se autorizó en 1999 a personas de Honduras afectadas por la devastación que un año antes provocó el huracán Mitch en su país.
Es una especie de permiso a personas que no pueden regresar a su país de origen de manera segura, debido a conflictos armados o desastres ambientales, por ejemplo.
Los beneficiados con el TPS pueden quedarse en Estados Unidos el tiempo que dure el permiso.
También les autoriza a viajar y obtener un permiso de empleo, y evita que sean deportados por su condición migratoria.
Además, a quienes se otorga este salvoconducto pueden trasladar a sus hijos desde Centroamérica para vivir con ellos en su nuevo país.
A pesar del TPS, miles de salvadoreños con antecedentes criminales han sido deportados a su país de origen desde el gobierno de George Bush padre (política que continuaron Bill Clinton y George Bush hijo).
Muchos de los deportados fundaron las maras, que se convirtieron en los principales grupos criminales de El Salvador para luego extenderse a otros países de la región. Las maras han sido un factor clave para que Centroamérica se convirtiera en una de las regiones más violentas del mundo.
Este permiso de residencia temporal debe renovarse cada 18 meses.
Sin embargo, en cualquier momento el gobierno estadounidense puede decidir si lo revoca a cualquiera de los 11 países que actualmente lo tienen.
De hecho, desde los años 80 los gobiernos centroamericanos negocian en Washington que se les conserve el TPS.
Es uno de los temas fundamentales en la relación con Estados Unidos. En El Salvador, por ejemplo, algunos periodistas dicen que si un candidato presidencial no ofrece la renovación del permiso, no es elegido.
Es uno de los argumentos para evitar confrontaciones con Donald Trump, dice Manuel Castillo.
Aunque parezca que se deja solo a su vecino frente al magnate, como si fuera una especie de colchón con Centroamérica.
“Como que les resulta más cómo que México siga aguantando los cocolazos (golpes), y que no se metan entonces con ellos”, señala.

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