ESCAPARATE POLITICO

INTRIGASLa estrategia cupular de entregar la Sedesol a Ulises, a través de su acólito Eviel, con la idea de unificar al priismo oaxaqueño, valió queso.
En mi entrega del pasado 22 de enero dije que el presidente Peña Nieto, el candidato Meade, URO y Alejandro Murat se juntaron y tomaron la decisión: la Sedesol para Ulises a través de Eviel.
La intención era que los Murat limaran asperezas con URO y, juntos, hacer que el PRI ganara en Oaxaca. Ese fue el plan pero como en política la mejor manera de obtener el poder es sembrando la intriga y recurrir al “divide y vencerás”, todo se resquebrajó. Ahora los grupos andan como chivos en cristalería.
Todo indica que al ex gobernador Ulises no le llena una Secretaría de Estado, aunque sea la más importante por el inmenso presupuesto a fondo perdido que manejará en este año electoral. Apuesta al “todo o nada”.
Esto explica la gran batahola que está provocando al interior del PRI. Una gran confusión persigue también a los integrantes de la alianza PAN-PRD.
Cual mercenarios de la política, sin un ápice de principios o ideologías, los que manejan hoy los partidos políticos negocian abiertamente las candidaturas. En el PRD, ignorando las decisiones de la directiva estatal, a decir de su presidente local, Raymundo Carmona, imponen, vetan o, simplemente, entran al juego de las transacciones. Nunca, las candidaturas a diputados y concejales, habían estado al mejor postor.
GUERRA SIN CUARTEL
Los apetitos de Ulises Ruiz rebasaron aquella negociación de la Sedesol y dijo: “voy por el resto”, solo que olvidó la regla de oro: “el que ya bailó que se siente”. Los de enfrente no iban a ceder más. Empezaron a medir fuerzas. URO movía sus piezas, amagaba con brincar a otros partidos, mostraba músculo.
Sus ambiciones llegaron a tal extremo que hasta rompieron aquel acuerdo de la Sedesol para Ulises a través de Eviel. El clan del ex gobernador resbaló en perjurio. Pusieron fin a su carrera política, al menos en las filas del PRI.
Aunque en la política los encuentros y desencuentros son una constante, entre el tabasqueño AMLO y Ulises hay un distanciamiento insuperable. Desde aquellos años en que el oaxaqueño, primero como operador de Roberto Madrazo y luego como gobernador, hizo mucha travesuras contra López Obrador, la malquerencia se marcó entre ellos. Por eso, Ulises y su grupo no lograron ningún acercamiento con el partido Morena.
Vaya mordacidad. Ulises recurre ahora a la misma alianza PAN-PRD que le quitó el poder. Pretendía trascender el sexenio con Eviel.
Desde el mismo cuarto de guerra de los ulicistas han salido las versiones de su penetración al equipo de Ricardo Anaya. Primero, ya citaban como candidato a Manuel García Corpus pero ayer lanzaron el borregazo de que lo sustituirían por Héctor Pablo. Mas grotesco no puede ser este oportunismo. Aunque el PRD sea hoy un partido desfondado, resulta indigno que un arribista decida a quien poner o a quien quitar como candidato en un partido en el que jamás ha militado. Además, no creo que Héctor Pablo, con la amistad que pregona del presidente Peña, de Videgaray y de Chong, se atreva a contender contra el partido que lo encumbró. Sería una insolencia por más que Ulises se atribuya su progenitura política.
Además, me dicen que a la par con las negociaciones en el PRD, convertidas hoy en verdadera “cena de negros”, en el PRI ofrecen a la cuñada de HP la candidatura a la diputación por el distrito local de Xoxo.
Otras filtraciones desde el cuarto de guerra ulicista, indican que, ante el ofrecimiento de financiar generosamente la campaña de Anaya, piden: candidatura plurinominal en lugar preferente para Corpus y lanzar al ruedo electoral con las siglas PRD a doña Titis Rodríguez, entre otros. No hay que olvidar que esta dama, poderosísima Secretaria de Estado, con URO, ya fue candidata pero perdió la diputación federal en la contienda pasada. Le ganó el perredista Francisco Martínez Neri. Hoy quiere volver