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Ethiopian Airlines nunca ha formado parte de ese grupo de compañías y tiene una vida y un prestigio muy diferente al que se puede pensar al tener a Etiopia en mente.

Accidente aéreo en Etiopía: Un avión recién entregado en una compañía de prestigio
3 ‘Ethiopian Airlines’ es un símbolo de otra manera de entender la aviación en el continente africano, donde algunos países arrastran una fama de precariedad y seguridad limitada
El nuevo espíritu de África es el slogan de Ethiopian Airlines , la aerolínea que esta mañana ha sufrido un accidente de uno de los aviones más nuevos de su flota: un Boeing 737-8MAX con tan solo cuatro meses de servicio. Este aparato recién entregado por el constructor americano a la compañía etíope se ha estrellado pocos minutos después de iniciar su vuelo entre el aeropuerto internacional de Bole en Adís Abeba y el Jomo Kenyatta, en Nairobi, Kenia.

La frase publicitaria que acompaña a la publicidad y los comunicados de Ethiopian Airlines no es vacía, puesto que esta compañía es un símbolo de otra manera de entender la aviación en el continente africano, donde algunos países arrastran una fama de precariedad y seguridad limitada, hasta el punto que una docena de estados como Angola, Sudán, Guinea Ecuatorial o Libia tienen algunas o incluso todas sus compañías aéreas vetadas en el espacio aéreo de la Unión Europea, al estar incluidas en la célebre lista negra elaborada por la Comisión Europea.
Accidente aéreo en Etiopía
Ethiopian Airlines nunca ha formado parte de ese grupo de compañías y tiene una vida y un prestigio muy diferente al que se puede pensar al tener a Etiopia en mente. La empresa fue fundada al terminar la segunda guerra mundial con el apoyo de la TWA, una de las mayores y mejores compañías de Estados Unidos y precisamente su vuelo inaugural fue en la ruta Adís Abeba-Nairobi, la misma que cubría hoy el 737 accidentado con el código de vuelo ET 302. Entre los primeros aviones utilizados por la compañía destacaron los DC-3, bimotores excedentes de la guerra, que las compañías aéreas de medio mundo aprovecharon para iniciar su expansión en la segunda mitad de los años 40.

En los 50 Ethiopian inició también una expansión a otros continentes como Asia y Europa al tiempo que consiguió ganar una independencia muy importante: con agradecimiento a la ayuda estadounidense y también europea en sus primeros tiempos de vida, consiguió ser progresivamente dirigida por etíopes en todos los puestos de responsabilidad, muy lejos de lo que pasaba en otras compañías del continente, donde se seguía cierto estilo colonial con decisiones importantes tomadas a miles de kilómetros de distancia y ejecutadas por personal destinado allí. A finales de los 60 la compañía pudo volar sin ningún apoyo extranjero

La compañía nunca dejó de crecer e incorporar los aviones más modernos de cada época, siendo un excelente cliente de Boeing con aviones de medio y laergo alcance, gracias a los que pudo convertirse en una aerolínea prácticamente global con sede en la República Democrática Federal de Etiopía, un estado de mas de un millón de kilómetros cuadrados rodeado por los dos sudanes, Eritrea, Kenia, Somalia y Djibouti. Hoy Ethiopian Airlines es miembro de Star Alliance, junto a compañías como Lufthansa, United Airlines, TAP o Singapore Airlines.
Desde su hub en Bole vuela a 125 aeropuertos con 108 aviones de última generación y en 2018 transportó a más de 10 millones de pasajeros. En la capital de el país tiene, además, todos los servicios propios de mantenimiento, formación y entrenamiento de pilotos, auxiliares y todos los profesionales aéreos del país y de la región, siendo uno de los mayores generadores de empleo en ese territorio, con más de 13.000 empleados.

Un avión novísimo
El avión implicado en el accidente tenia la matricula ET-AVJ y era el quinto de los 30 Boeing 737-8MAX que Ethiopian ha encargado a Boeing. El max es la ultima versión del 737, modelo que se lleva construyendo desde hace más de 50 años y que ha ido modificándose en todos los aspectos con los años y esta es oficialmente considerada como su cuarta generación, diseñada para competir directamente con la familia A320 de Airbus en aspectos como los materiales con los que se construye, la notable reducción de consumo de combustible o el rediseño de algunas partes de las alas.

El primer 737 tipo max voló en 2016 y entró en servicio al año siguiente. Este sería el segundo accidente mortal de este modelo, tras el que sufrió en octubre del año pasado otro idéntico operado por la compañía indonesia Lion Air y en el que murieron 189 personas. Sobre ese accidente, el Comité Nacional de Seguridad del Transporte de Indonesia indicó en su primer informe que los pilotos del vuelo JT610 de Lion tuvieron que luchar con un problema con los controles de vuelo antes de que la aeronave se hundiera en el Mar de Java.

Hace tres días, las familias de 17 de las víctimas de aquel accidente presentaron una demanda contra Boeing alegando que el la aviónica a bordo del avión del 737 MAX falló y que la compañía no informó a los pilotos sobre los peligros potenciales de un nuevo sistema automatizado instalado en la aeronave. Está por ver la evolución de esta demanda y también lo que revelarán las cajas negras del aparato de Ethiopian cuando revelen los datos, lecturas y voces que han precedido al accidente de esta mañana al este de África

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