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La directora ha evitado reunirse con los padres de familia, pero a través de dos profesoras les advirtió que no hay descuentos ni prórrogas en los pagoshttp://www.excelsior.com.mx
29/09/2017 05:13 CLAUDIA SOLERA
ENRIQUE RÉBSAMEN 241
Pese a los daños avalaron estructura

El edificio del 241 en la calle Enrique Rébsamen, colonia Narvarte, tuvo un final que pudo haber sido distinto si la delegación Benito Juárez hubiera dado solución a los llamados de los residentes, quienes hace años señalaron daños en el inmueble.
Tras el sismo del 19 de septiembre y el colapso del hoy llamado por los vecinos “monstruo verde”, salieron a la luz sucesos que hacen pensar que la tragedia en la propiedad de cuatro pisos pudo evitarse. A las pocas horas del percance, la inquilina Rosario Acosta Olivares aprovechó las redes sociales para evidenciar que desde hace tres años y cuatro meses pidió ayuda vía Twitter al entonces delegado Jorge Romero Herrera, hoy líder de la bancada del PAN en la ALDF, quien hizo caso omiso a las alertas.
Excélsior tuvo acceso a la Cédula de Registro de Demanda Ciudadana interpuesta por Acosta Olivares el 27 de mayo de 2014, en la que solicita la inspección del inmueble luego de los temblores de intensidad 7.2 y 6.6 registrados en la CDMX el 18 de abril y el 8 de mayo. Dos días después la demarcación notificó a los residentes haber hallado separación de juntas en varias escaleras y la rampa vehicular, fisuras en jardineras y una grieta de cinco centímetros en el muro de colindancia del patio posterior que requería ser sustituido. Sin embargo, la conclusión fue: “No hay afectaciones en la estructura del conjunto”.
Las aparentes omisiones también recayeron en los administradores del edificio: sólo después de múltiples quejas de sus inquilinos aplicaron un “maquillaje” al inmueble para recubrir los estragos internos y repintar de verde la fachada.
A pesar de los daños, lo cotizado de la zona y su buena ubicación mantenían prácticamente llenas las dos torres de departamentos, que hasta su desplome tenía un par de ellos vacíos, ya en proceso de ser pintados y resanados.
Algunos colonos como Ricardo Avilés, relatan haber pasado una peripecia para siquiera ser considerados para rentar un departamento en el “monstruo verde”.
Seguro es el destino, pero cuando por fin ya me habían dado una cita para cerrar el trato, dar el depósito y pagar el primer mes de renta, se me hizo tarde y cuando llegué ya no me quisieron aceptar. En ese momento me enojé bastante porque llevaba mucho tiempo intentando rentar ahí, pero de haber llegado temprano quizá hoy no estaría contando esto”, relató el hombre, quien no duerme tranquilo por temor a que la torre trasera del 241 de Rébsamen afecte el edificio que habita.
Esta cadena de sucesos y el temblor de intensidad 7.1 dejaron una víctima fatal.
En el departamento 401 vivía Laura Ramos Patiño, una mujer nacida el 11 de mayo de 1965, que es recordada por vecinos y familiares por su sentido del humor que no dejó el día de la tragedia, cuando sonó la alerta sísmica con motivo del simulacro alusivo a septiembre de hace 32 años.
Bajó a toda velocidad y a mitad del camino dijo que ojalá ya no sonara la alarma, porque en lugar de bajar cuatro pisos prefería irse a la azotea”, relató una vecina.
Luego del sismo, Renata Ramos, hija de Laura, acudió al “monstruo verde” para cerciorarse de que su madre estuviera a salvo, pero ahí le dijeron que ella había sido la única que no alcanzó a evacuar el edificio al quedar atrapada en las escaleras, entre el cuarto y el quinto piso.
La joven recurrió a redes sociales para pedir que la ayudaran a rescatar a su madre. Fue hasta el 24 de septiembre, tras varios días de labores que incluso se vieron entorpecidas por un amparo contra el uso de maquinaria, que el cuerpo de Laura fue recuperado.

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