Cuatro integrantes de una familia, entre ellos una mujer, fueron ejecutados esta madrugada en Iguala, donde la Policía Federal División Gendarmería asumió el control de la seguridad tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
EZEQUIEL FLORES CONTRERAS
foto de Archivo
proceso.com.mx
3 DE MARZO DE 2015.-CHILPANINGO, Gro., (proceso.com.mx).- Cuatro integrantes de una familia, entre ellos una mujer, fueron ejecutados esta madrugada en Iguala, donde la Policía Federal División Gendarmería asumió el control de la seguridad tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Con este múltiple crimen suman 19 personas asesinadas en los últimos días en esta zona estratégica en la geografía del narcotráfico en la entidad, donde el grupo delictivo denominado Cártel de la Sierra o Sierra Unida ha desatado una confrontación en contra de los remanentes de los Guerreros Unidos, banda que mantiene el control de esta plaza, de acuerdo con reportes oficiales.
Cerca de las 07:00 horas se reportó una balacera en la colonia Educación y las autoridades encontraron a cuatro personas acribilladas al interior de una humilde vivienda ubicada en la calle Raúl Isidro Burgos.
Las víctimas fueron identificadas con los nombres de: Marco Robles Rojas, de 67 años de edad, y su esposa Arminda Ávila Sánchez, de 64, así como sus dos hijos Marcos y Carlos Robles Ávila, de 39 y 20 años, respectivamente.
Hasta el momento se desconocen las causas de la ejecución de esta familia, que fue acribillada en la sala de la pequeña casa.
Previamente, durante la madrugada se reportó el hallazgo de un hombre ejecutado al interior de un taxi marcado con el número 0219, que estaba abandonado sobre la calle Juan N. Álvarez de la colonia Educación.
La víctima fue identificada como el conductor de la unidad, de nombre Israel Benítez Díaz, de 22 años de edad, y los sicarios dejaron una manta en el tablero del vehículo con la siguiente amenaza en contra de transportistas, refieren los reportes.
“Esto les va pasar a los que trabajan para Los Tilos y Yuca en los taxis y en las combis. Ya tenemos la lista putos vamos x ustedes Guerreros Unidos. Vamos a pelear no se escondan. Atte. S.U” (sic).
Desde octubre pasado, Proceso dio a conocer que el gobierno federal había ubicado a la célula delictiva denominada Los Peques o Los Tilos como una pandilla al servicio del grupo delictivo Guerreros Unidos, que mantiene el control del narcomenudeo en la zona de Iguala, donde policías municipales y sicarios atacaron y se llevaron a 43 normalistas de Ayotzinapa durante la noche del viernes 26 y la madrugada del sábado 27 de septiembre.
Incluso, la agencia Apro dio a conocer que este grupo de sicarios salió de la ciudad de Iguala con el respaldo de autoridades de los tres niveles y del Ejército, y se refugió en la comunidad de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri.
Reportes oficiales consultados por este medio señalan que los hermanos Víctor, Mateo y Salvador Benítez Palacios, propietarios del autolavado “Los Peques”, ubicado sobre la calle Juan N. Álvarez, participaron junto policías municipales en el ataque y detención de normalistas.
Los informes refieren que esta pandilla está al servicio de los hermanos Ángel, Adrián y Sidronio Casarrubias Salgado, hermanos de Mario Casarrubias, el fundador del grupo delictivo Guerreros Unidos, afincado en Mérida, Querétaro, Iguala y Estado de México.
La semana pasada un grupo armado atacó el autolavado “Los Peques”, donde fue asesinado un exfuncionario municipal identificado como Luis Acosta Beltrán y otro joven quedó herido.
El atentado se lo adjudicó el grupo denominado Cártel de la Sierra.
