De repente, decenas de miles de participantes en lo que los organizadores declararon la marcha sobre cambio climático más grande de la historia cesaron sus consignas,
jornada.unam.mx
Por David Brooks,
Nueva York, 21 de septiembre. De repente, decenas de miles de participantes en lo que los organizadores declararon la marcha sobre cambio climático más grande de la historia cesaron sus consignas, dejaron de golpear sus tambores, levantaron los brazos y guardaron dos minutos de silencio, dedicados a las décadas de inacción de las cúpulas políticas y económicas, silencio que fue seguido de una ola de dos minutos de ruido que inundó el centro de esta ciudad, enviando así una señal de alarma y un grito para exigir justicia climática.
La marcha y acciones paralelas –2 mil 700 actos en 161 países, según organizadores– fueron convocadas justo para enviar un mensaje desde la calles a los gobiernos que están citados para realizar una cumbre sobre el cambio climático en la Organizaciones de Naciones Unidas este martes, cuyo propósito es establecer un marco para un acuerdo global sobre emisiones el año entrante. La movilización exigió compromisos inmediatos para contrarrestar una crisis que afecta a todos y ante la advertencia de los científicos de que el cambio climático ya afecta a todos los continentes y mares del planeta y que está al borde de causar daños irreversibles si no se dan pasos audaces para frenar el calentamiento del planeta (junio, julio y agosto fueron los meses más calientes jamás registrados).